mi tía margarita
intervención rural/performance
casa de mi tía, Villa María, Córdoba, Arg.
noviembre 2010
Foto: Andrea Rugnone
mi tía y yo
Tenía una tía un poco temerosa
todas las noches abría la ducha
pensaba que si entraba alguien
creería que estaba acompañada
rara vez se bañaba
solo aquel sonido lograba conciliar su sueño
el jardín de su casa era impecable
abundaban hortensias y gladiolos
Ya no me preocupa su locura irremediable,
sino todo lo que malgasto…
Cuando leía mis cuentos sonreía,
volvía a ser una niña y
por un instante era su mas placentera locura.
A donde irán sus penas, sus sonrisas, sus derroches…
Siempre tenía sed,
no podía comprenderla
a veces anhelo un minuto de su locura,
sentía que se ahogaba
lo recuerdo como si fuera hoy
me pasa de vez en cuando,
el ahogo era común en toda su vida…
La vida que llevo fue sincera
no pudo ir en contra de sus sentimientos
eso me gustaba de ella.
Usaba polleras altas
muy por arriba de su cintura
cabellera larga y grandes
tacones, pestañas negras,
tenia un anillo rojo
del tamaño de su mano.
Siempre le gustaron las flores
cortaba del jardín y las usaba de tocado, mientras caminaba
se deshojaban por las calles…
Yo la miraba
sentía que algo no andaba bien
por las noches reíamos juntos
todo parecía ser una sola sensación
no se que sentiría hoy, si estuviera aquí…
su ahogo se hubiese consumado
por las noches siento lo mismo…
A veces no puedo respirar,
enciendo la ducha…
Vivía lejos de casa,
cerca de un arroyo
no recuerdo bien donde
era un pueblo con poca gente
no tenia relación con nadie
no se por que
tal vez su manera de ser,
de vivir
le costaba comunicarse,
raro, era muy generosa…
al menos con nosotros
yo y mis hermanos íbamos
a menudo.
A veces nos daba chocolates
otras solo servia sopa…
El baño estaba fuera de la casa
en el fondo detrás de un paredón
si llovía no se podía llegar,
se inundaba…
El sol me daba en la cara
muy temprano,
me gustaba dormir
ella preparaba el desayuno temprano
lo tomaba sola.
Siempre quise volver allí
a ver ese lugar
que me trae muchos recuerdos
la casa era muy precaria
no creo que perdure
puede haber restos,
seguro…
No paso mucho tiempo
me pone triste
su soledad me marco
y su locura también
no se por que…
Aquel pueblito
no decía nada
era amistoso
yo corría por las calles
no pasaba ningún auto
me subía a los árboles
a buscar frutas
jugábamos en el arroyo
a juntar piedras
el agua era transparente
casi no volví a ver algo igual…
Había animales sueltos
unos eran de ella,
no recuerdo bien cuales.
Mi padre nos llevaba seguido
pasábamos semanas enteras.
Un día la llevamos de vacaciones
no se sentía bien
el viaje la asfixiaba
las montañas le daban pánico
no le gustaba dejar su lugar
nunca se baño,
decía que el agua era turbia
arruinaba la piel
no se por que…
en su casa a veces no había agua.
Hasta su último día
lloraba al atardecer
la entristecía que se escondiese el sol
la lluvia le daba alegría
le transmitía paz
la pedía desde su cama
el día que murió llovió
después de tanto tiempo
cuando vi la primer gota
me puse feliz
fue una señal de su tranquilidad
me costo entender por que,
todavía la lloro…
Siento mucho dolor
era como mi madre
decía que cuando se fuese
no teníamos que llorar
solo regar las flores
que por allí ella andaría
en una flor, un árbol,
el naranjo del fondo, el granado del jardín…
siempre viviría en aquel pueblo.
No era bien vista
decían por ahí que estaba loca
pero solo era rumor
sabían que algo bueno había
algunos iban buscando alivio,
una fiebre, un dolor de muelas, alguna tos molesta
sus formulas comenzaban a funcionar
pétalos de flores
en agua hirviendo
decía que espantaba todo mal
a mi siempre me curaba
me gustaba el olor
a sus remedios.
Jugábamos a las escondidas
detrás del aljibe
nunca me encontraban…
un día casi me caigo
ella me reto
llore toda la noche
a la mañana me espero
con su remedio
y una flor de su jardín
dijo que sintió mucho miedo
temía que algo me sucediera.
Cuando venían a buscarme
lloraba a mis espaldas
su soledad era inmensa…
esperaba ansiosa nuestro regreso
Al tiempo fui a vivir con ella
estaba muy feliz yo también
sentía libertad en aquel pueblo…
El arroyo era mi mejor amigo
a veces merendábamos allí
mientras conversábamos
solo con migo hablaba…
y no siempre
había varias preguntas que no quería responder
nunca me hablo de su padre…
No recuerdo bien cuanto estuve alli
ella no dormía de noche
yo tampoco
quería ayudarla
pero no sabia como
me acostaba con ella,
le daba un abrazo
le llevaba un vaso de agua
o un te de su flor preferida
pero no lograba conciliar el sueño…
Todas las mañanas aparecía
con un nuevo peinado
se pasaba la noche
arreglándose el pelo
usaba peinetas coloridas
que resaltaban
entre sus cabellos
a veces no le salían muy bien
no era la hora adecuada
para peinarse…
Se levantaba con una sonrisa
no se volvía a repetir
comíamos a las 12 y a las 20
no había otro horario
por la tarde asomada a la ventana
contemplaba las lluvias,
los vientos, un arco iris muy de ves en cuando.
El aljibe era de adorno
nunca la vi usarlo
salvo que esperara que me fuera
le daba miedo…
Cuando salía de la casa
me seguía con la mirada
detrás de la ventana
sentía que ella venia con migo
no le gustaba que me fuera
decía que alguien entraría a la casa,
abría la ducha...
Mi presencia calmaba
su ansiedad
A veces regresaba
las puertas estaban con llave
no me dejaba entrar
me espiaba por la ventana
yo me daba cuenta
esperaba en el jardín
observando el árbol de granada
la flor tenia un bello color,
las vecinas saludaban
sabían lo que sucedía
los días de frío
me invitaban a tomar te caliente
ella me abría,
no me lo perdonaría…
Una noche salí de la casa
llegue a un café
sentía que me observaban
pero no había nadie…
Regrese muy tarde
me espero sentada en mi cama
dijo no poder dormir
si yo estaba fuera de la casa
sus cuidados me incomodaban
nunca se lo dije
hasta el día que me fui…
En verdad no fue tan malo
mi paso por allí
la tía me cuidaba
a su manera
no sabia para donde ir
allí encontré protección…
Cuando salíamos de campo,
veíamos el atardecer
sobre el arroyo
me producía asombro
cosa que he perdido…
Me recostaba en las piedras
remojaba los pies,
verano o invierno, daba lo mismo
no podía contenerme
era muy saludable
se transparentaban con el agua
no todos lo veían,
solía correr por el agua gritando muy fuerte
ella solo me escuchaba
no emitía palabra alguna…
En la cena a veces contaba anécdotas
cuando florecía su locura
que corría alrededor del aljibe
sabia de que se trataba
no era pura inocencia
siempre lo dije
era su mas placentera locura…
llegamos a tal estado
que cantábamos en la ducha muy fuerte
y gritábamos los días de lluvia
era una costumbre,
creo que mi estadía
se convirtió en un estado de
posesión absoluta…
El silencio se oía en algunos momentos…
otros solo ruidos de la calle,
de los animales, y otros que no podía identificar
pero la mayoría del tiempo era como si nadie estuviese allí…
Me fui,
le avise con tiempo
no respondió
moría por retenerme
pero no se animo
me dejo…
necesitaba otro encuentro,
otra salida
aquello era demasiado,
esto no se…
Recuerdo sus mejillas enrojecidas,
yo armaba las valijas
ella regaba las plantas
cantando bajo el sol…
Solo atine a salir
le di un abrazo
no me miro
solo me apretó fuerte,
cuando di unos pasos
empezó a cantar mas fuerte
y luego gritos…
yo no me di vuelta
trataba de no escuchar
sentí mucho dolor…
Al tiempo recibí una carta
era su despedida,
dijo que en aquel momento
no había podido hacerlo
me recibiría si quisiese volver…
por momentos lo pensé
pero ya estaba fuera
de todo aquello…
creo que es eso lo que añoro,
la cordura me atrapa…
quisiera gritar y cantar bajo el agua y que nadie me escuche
cuando abro la ducha siento su vos en mi cuerpo…
me relaja y me duermo
hasta el otro día.
Quisiera que me hablara
aún con pocas palabras…
solo una palabra
llenaría mi soledad,
solo una, no mas…